–Tiene una trayectoria de más de tres décadas, ¿qué diferencias encuentra con respecto a los espacios para tocar, la difusión y la escena musical?
–Toda época tiene sus características. En aquella época era complicado, era difícil, también ahora lo es. Quizás ahora lo diferente está relacionado con la comunicación, el acceso a la información, el acceso a la posibilidad de difundir lo que hacés sin andamiaje ni compañía discográfica. Hay un replanteo de cómo se maneja comercialmente la música, en torno al tema del disco, creo que las discográficas están tratando de ver de qué manera lo van a instrumentar para que podamos vender la música y la gente la pueda comprar, y podamos seguir viviendo de la música. Dado que Internet y la facilidad con que la gente puede copiarse un CD hace que la venta de discos sea poco lucrativa en este momento.
–Los músicos de las nuevas generaciones no ven el disco como un objeto en sí, acostumbrados más a lo virtual o al acceso a la música. En ese contexto pareciera que el "disco" pertenece más a otras generaciones...
–Para mí sigue siendo un objeto preciado, sigo comprando discos, me sigue dando placer tener el objeto en sí. Lo virtual me encanta como información, que exista la posibilidad de “me meto en Youtube y escucho” aquello que me da curiosidad, pero yo no me bajo música, seguramente por una cuestión de que no tengo la costumbre. Me gusta el objeto. Seguramente como vos decís, el objeto disco o CD o eventualmente en lo que se transforme la cosa, va ser un objeto que solamente alguna gente querrá tener y tendrá. En lo personal, no puedo leer un libro en la computadora por Internet, no me gusta, a mí me gusta un libro de papel y lo mismo me pasa con los CDs. Me gusta tener la tapa, el disco, el librito, las letras, la data, todo eso me da placer, me gusta.
–¿Alguna vez un artista se plantea “por qué sigo cantando”?
–No, para mí es una necesidad visceral te diría. Va mucho más allá de la carrera, de lo que conviene o no conviene, si está bien o si está mal, a mí me da placer cantar y yo cuando no canto un tiempito me pongo medio loca. Lo disfruto, la paso bien, me cargo de adrenalina, de pilas, de ganas y de endorfinas, de todas las cosas lindas que hay y cuando no estoy cantando me pongo triste. Además de que me gano la vida cantando.
–¿Imagina una vida sin canciones, sin subir a un escenario?
–No, para nada. Te diría que mi idea es en principio seguir cantando mientras suene la garganta y el cuerpo aguante. No creo que decida dejar de cantar porque ya me cansé por ejemplo o porque ya soy demasiado grande. Me parece que voy a seguir cantando siempre. No sé quiénes me van a querer escuchar pero voy a seguir cantando.
–En los últimos tiempos se habla mucho del Bicentenario, ¿para usted tiene algún significado especial?
–Mirá, el significado para mí pasa por sentirme profundamente argentina, sentir que ya estamos en un país que ya no tiene tanto la excusa de ser un país joven, si cumplimos 200 años algo deberíamos haber aprendido y espero que toda esta situación de explosión verborrágica, de guerra, de discusiones, que siento yo tan exacerbadas, desaparezcan de una buena vez y empecemos a comportarnos como seres adultos. Ya fuimos a la escuela, ya hicimos la secundaria, ya está, ahora tenemos que manejarnos con un poquito más de seriedad, de mesura, de sobriedad, pero de todos los lados, no lo digo con respecto a una sola persona o a un partido; me parece que tenemos que crecer un poquito y el hecho de cumplir 200 años, creo que debería servirnos para eso.
–¿Qué es lo que le permite la actuación, que no encuentra en la música?
–Yo como cantante soy fundamentalmente intérprete, he compuesto algunas canciones pero no muchas y la intérprete es así, es alguien que toma una canción y la vive en carne propia a pesar de no haberla escrito, y creo que para vivir esa canción y comunicarla y sentirla, hay una parte que tiene que ver con lo actoral. Creo que si me animé en algún momento o me animó a trabajar como actriz es por eso.
–¿Quiere contarme la particularidad que va a tener la función de mañana más allá de lo artístico?
–La función que hacemos mañana es a total beneficio de una fundación platense que se llama FINAER, que dirige el Dr. Federico Cicora. Es todo integralmente a beneficio de ellos, por lo que tengo mucha expectativa de que esté todo bien. Sé que por ahí la recaudación de un show no es quizás algo demasiado importante desde el punto de vista económico pero sí sirve como difusión, así se sabe de qué se trata y se conoce el laburo que hacen ellos en primer lugar, hay muchos otros que hacen otros trabajos también, pero yo me siento identificada con esta fundación y con esta gente entonces me interesa ponerlo de manifiesto.
–¿Cómo surgió la posibilidad de concretar este show a beneficio?
–Porque tengo una ahijada, que tiene 32 años, y que es trasplantada de riñón y FINAER es una fundación que tiene que ver con eso, transplantes renales y todas las investigaciones alrededor de este tipo de tratamiento. Todo tiene que ver con el afecto.
Fuente y foto: El Argentino.com
–Toda época tiene sus características. En aquella época era complicado, era difícil, también ahora lo es. Quizás ahora lo diferente está relacionado con la comunicación, el acceso a la información, el acceso a la posibilidad de difundir lo que hacés sin andamiaje ni compañía discográfica. Hay un replanteo de cómo se maneja comercialmente la música, en torno al tema del disco, creo que las discográficas están tratando de ver de qué manera lo van a instrumentar para que podamos vender la música y la gente la pueda comprar, y podamos seguir viviendo de la música. Dado que Internet y la facilidad con que la gente puede copiarse un CD hace que la venta de discos sea poco lucrativa en este momento.
–Los músicos de las nuevas generaciones no ven el disco como un objeto en sí, acostumbrados más a lo virtual o al acceso a la música. En ese contexto pareciera que el "disco" pertenece más a otras generaciones...
–Para mí sigue siendo un objeto preciado, sigo comprando discos, me sigue dando placer tener el objeto en sí. Lo virtual me encanta como información, que exista la posibilidad de “me meto en Youtube y escucho” aquello que me da curiosidad, pero yo no me bajo música, seguramente por una cuestión de que no tengo la costumbre. Me gusta el objeto. Seguramente como vos decís, el objeto disco o CD o eventualmente en lo que se transforme la cosa, va ser un objeto que solamente alguna gente querrá tener y tendrá. En lo personal, no puedo leer un libro en la computadora por Internet, no me gusta, a mí me gusta un libro de papel y lo mismo me pasa con los CDs. Me gusta tener la tapa, el disco, el librito, las letras, la data, todo eso me da placer, me gusta.
–¿Alguna vez un artista se plantea “por qué sigo cantando”?
–No, para mí es una necesidad visceral te diría. Va mucho más allá de la carrera, de lo que conviene o no conviene, si está bien o si está mal, a mí me da placer cantar y yo cuando no canto un tiempito me pongo medio loca. Lo disfruto, la paso bien, me cargo de adrenalina, de pilas, de ganas y de endorfinas, de todas las cosas lindas que hay y cuando no estoy cantando me pongo triste. Además de que me gano la vida cantando.
–¿Imagina una vida sin canciones, sin subir a un escenario?
–No, para nada. Te diría que mi idea es en principio seguir cantando mientras suene la garganta y el cuerpo aguante. No creo que decida dejar de cantar porque ya me cansé por ejemplo o porque ya soy demasiado grande. Me parece que voy a seguir cantando siempre. No sé quiénes me van a querer escuchar pero voy a seguir cantando.
–En los últimos tiempos se habla mucho del Bicentenario, ¿para usted tiene algún significado especial?
–Mirá, el significado para mí pasa por sentirme profundamente argentina, sentir que ya estamos en un país que ya no tiene tanto la excusa de ser un país joven, si cumplimos 200 años algo deberíamos haber aprendido y espero que toda esta situación de explosión verborrágica, de guerra, de discusiones, que siento yo tan exacerbadas, desaparezcan de una buena vez y empecemos a comportarnos como seres adultos. Ya fuimos a la escuela, ya hicimos la secundaria, ya está, ahora tenemos que manejarnos con un poquito más de seriedad, de mesura, de sobriedad, pero de todos los lados, no lo digo con respecto a una sola persona o a un partido; me parece que tenemos que crecer un poquito y el hecho de cumplir 200 años, creo que debería servirnos para eso.
–¿Qué es lo que le permite la actuación, que no encuentra en la música?
–Yo como cantante soy fundamentalmente intérprete, he compuesto algunas canciones pero no muchas y la intérprete es así, es alguien que toma una canción y la vive en carne propia a pesar de no haberla escrito, y creo que para vivir esa canción y comunicarla y sentirla, hay una parte que tiene que ver con lo actoral. Creo que si me animé en algún momento o me animó a trabajar como actriz es por eso.
–¿Quiere contarme la particularidad que va a tener la función de mañana más allá de lo artístico?
–La función que hacemos mañana es a total beneficio de una fundación platense que se llama FINAER, que dirige el Dr. Federico Cicora. Es todo integralmente a beneficio de ellos, por lo que tengo mucha expectativa de que esté todo bien. Sé que por ahí la recaudación de un show no es quizás algo demasiado importante desde el punto de vista económico pero sí sirve como difusión, así se sabe de qué se trata y se conoce el laburo que hacen ellos en primer lugar, hay muchos otros que hacen otros trabajos también, pero yo me siento identificada con esta fundación y con esta gente entonces me interesa ponerlo de manifiesto.
–¿Cómo surgió la posibilidad de concretar este show a beneficio?
–Porque tengo una ahijada, que tiene 32 años, y que es trasplantada de riñón y FINAER es una fundación que tiene que ver con eso, transplantes renales y todas las investigaciones alrededor de este tipo de tratamiento. Todo tiene que ver con el afecto.
Fuente y foto: El Argentino.com
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